Cuánto han divergido nuestros caminos, me miro y soy otra... eres otros, a los que no conozco ya.
-era natural que cambiáramos así-
-¿era este el cambio que te imaginabas, o, así te imaginabas cuando pensabas en el futuro?
-la verdad no, iba por un camino y siento que de un día para otro tomé otro rumbo, no me arrepiento para nada-
-¿cómo serían las cosas si todo hubiese continuado tal como estaba?-
-terribles, con felicidades pequeñas de por medio, con lágrimas continuas, risas aisladas, reproches cada día, libertades reprimidas, entre muchas otras cosas más que no me puedo imaginar-
No pienses en un futuro porque no lo hay, no creas que esto mejorará con el tiempo, porque no iba a mejorar, no digas que después, que esperabas, que esperaste. No digas nada.
La felicidad era tan distinta, la satisfacción tan lejana, lo equilibrado tan deseado, el amor propio tan anhelado, el amor compartido tan misterioso.
No estoy jugando, ni pasando el tiempo como mejor se me ocurrió hacerlo, estoy siendo quien siempre quise ser.
¿Qué es lo cierto en esta historia? ¿Cuántas mentiras empujaron este desenlace? ¿Omitir por amor?
No voy a decir que esto era anormal, porqué, ¿qué es normal?
Nos destruimos mal, pero al parecer fue bueno quedar en piezas para volverse a armar, pero de una mejor manera, más genuina, más sincera.
Soy sincera, soy sincera, soy verdad.